Muchas familias migrantes separadas aún no superan el trauma vivido
Durante los años de gobierno del presidente Trump, la comunidad migrante en Estados Unidos no se las ha visto fácil. Detenciones, deportaciones y separaciones han sido moneda corriente. Aunque ahora las cosas están cambiando, el dolor queda en el corazón y en el alma. Es por eso que los asistentes sociales están trabajando duro para asistir terapéuticamente a las personas que se vieron afectadas.
Uno de los peores sufrimientos lo han vivido las familias migrantes separadas durante la administración Trump. La angustia de no saber si volverás a ver a tus hijos o a tus padres es muy fuerte y deja marcas difíciles de quitar. Esta es la tarea que tienen ahora los trabajadores sociales. Llamando por teléfono, repartiendo follteros o visitando puerta por puerta, están tratando de ayudar a las familias migrantes separadas a rehacer sus vidas.
Hasta el momento el trabajo ha sido mayormente virtual como consecuencia de las restricciones sanitarias. Sin embargo, muchas familias no pudieron ser localizadas de esta forma. Es por eso que ahora los trabajadores sociales están realizando un trabajo de hormiga y van a buscar a la gente casa por casa. Tocan timbre, se presentan y ofrecen su ayuda. Algunas de las familias se muestran muy agradecidas pero otras todavía tienen miedo y desconfían.
La decisión fue ordenada por un juez federal que consideró necesario el acompañamiento debido al “trauma mental severo” sufrido como consecuencia de las separaciones forzadas. La medida se cuenta entre muchas otras que se han tomado durante los últimos meses y que apuntan a construir un sistema migratorio más humano y tolerante.
Ayudar a las familias migrantes separadas realizando un trabajo de hormiga
Desde hace unas semanas, grupos de asistentes sociales van de puerta en puerta para tratar de localizar a las familias migrantes separadas a las que no han podido hallar de manera virtual. Su principal objetivo es brindarles acompañamiento terapéutico y apoyo para que puedan superar el trauma vivido.
Ledesma, Allen y Oyarzabal son trabajadoras sociales de Seneca, una organización sin fines de lucro, y explican que en estos casos el trabajo empieza con el trauma sufrido.
Los síntomas post traumáticos se manifiestan de diferentes maneras, inclusive el sentimiento de culpa de padres y madres por lo sucedido y por no poder hablar con sus hijos sobre la experiencia vivida. «Se sufre de depresión y ansiedad y eso necesita asistencia terapéutica.» afirmó Oyarzabal.
Esos síntomas y otros se encuentran explicados en un folleto que los equipos van publicando en cualquier lugar que pueden, incluidos mercados y restaurantes. La idea es que una pequeña pista, un comentario de un conocido o un vistazo rápido al folleto puede desencadenar que toda la familia solicite ayuda.
Pero no termina todo con los folletos. Los trabajadores sociales también se presentan a las puertas de los hogares, sobre todo de aquellos que no han podido contactar por teléfono o por internet, para informarles sobre los servicios de acompañamiento. “Estamos aquí para ayudarlos” es lo que más tienen que aclarar.
Hasta ahora Seneca se ha conectado con más de 1.000 familias y alrededor de 250 han aceptado el acompañamiento, incluida la terapia para padres e hijos. Los asistentes sociales de Seneca admiten que es una experiencia estresante y que hay mucho en juego. Sin embargo, continúan adelante porque saben que hay una buena razón: cada una de las familias migrantes separadas que ayudan a salir adelante justifica el enorme trabajo realizado.
“Nos alegra muchísimo ver que las familias migrantes separadas injustamente se volvieron a unir” se emocionó Ledesma. Además, señaló que cuando las visitan se genera una conexión especial muy distinta a la comunicación telefónica. Las familias visitadas, cuando logran entrar en confianza, también se emocionan y sobre todo se muestran esperanzados.
“Lo que nos pasó fue muy duro. Pero gracias a las organizaciones y a Dios podemos atravesarlo mejor ” afirmó Luis quien desgraciadamente estuvo separado de su hijo durante 44 días en 2018.
¡En Inmigrando con Kathia nos alegra muchísimo esta noticia! Celebramos profundamente el acompañamiento a las familias migrantes separadas injustamente durante la administración anterior y esperamos que con el apoyo de los profesionales todas las familias puedan rearmar sus hogares en paz y armonía. ¡Adelante migrantes!