Manolo Betancur hizo que hornear sea una bandera de la cultura latina
Manolo Betancur, orgulloso colombiano viviendo en los Estados Unidos, fue nombrado el “Héroe del pan” por sus deliciosas creaciones pertenecientes a la tradicional panadería latina, que con esfuerzo y trabajo duro, logró hacer llegar a los vecinos y vecinas de Charlotte (Carolina del Norte).
Siempre con la transformación y la justicia social como bandera, Manolo hizo de su panadería un espacio en donde no solo se imparte riquísima panadería latina, sino que también, los valores y tradiciones que representan ser latinoamericano en un país extranjero.
El “Héroe del pan” ha puesto como prioridad el empleo de inmigrantes cuyas vidas lo conmueven, y además, en múltiples ocasiones ha realizado donaciones destinadas a causas humanitarias. Importando de Colombia a los Estados Unidos los sentidos de igualdad y justicia que nos arraigan a la cultura latina, Manolo creó un negocio que prioriza la labor humanitaria de ayudar al otro, especialmente a los inmigrantes con historias similares a las de él.
La historia detrás del héroe
Manuel José Betancur Montoya, o Manolo Betancur como le dicen todos, nació en el año 1976, en Carmen de Viboral, Antioquia (Colombia). Perteneciente a la clase media baja, Manolo fue oficial de la armada en su país, y decidió emigrar a los Estados Unidos tras vivir un episodio violento en Ovejas, Sucre, como resultado de la guerra.
Llegó al país con tan solo 900 dólares en el bolsillo, dos mudas de ropa, y los zapatos que traía puestos. Primero viviendo en Miami, nuestro héroe del pan hizo de todo para sobrevivir. Fue lavaplatos, asistente de cocina, jardinero, y bodeguero, pero siempre mantuvo como denominador común su trabajo humanitario para con la comunidad.
Durante mucho tiempo dió clases de inglés a otros inmigrantes, labor social que lo salvó de la deportación gracias a que un juez tuvo en cuenta sus aportes a la comunidad a la hora de someterlo al tribunal de inmigración, haciendo que incluso pueda obtener la ciudadanía estadounidense.
Tras contraer matrimonio, Manolo trabajó en la panadería de sus suegros hasta que tuvo el infortunio de cerrar en la recesión del 2008. Ahí es cuando este creativo y laborioso inmigrante en Estados Unidos tiene la idea de ir pueblo por pueblo a través de las carreteras más pequeñas vendiendo los productos de la panadería. Esta fue la salvación del negocio, que hoy en día tiene más de 100 lugares de venta a lo largo de Carolina del Norte y Virginia.
Manolo hoy
En el 2009 nació el primogénito de Manolo: Emmanuel. A partir de este hecho trascendental en su vida, decide comprar a sus suegros la panadería familiar que ayudó a salvar y que se especializaba en pan y productos mexicanos. Decidió que quería convertirla de panadería mexicana a panadería latina, y traer así las recetas y sabores de sus tierras colombianas en particular, y de todo Latinoamérica en general.
El héroe del pan importó panes y sabores de Honduras, Cuba, Perú, Colombia, El Salvador y muchos más. Panes, tortas, y hasta empanadas argentinas son ahora parte de la variada oferta de la panadería de Manolo. Su gran orgullo es haber reinventado la torta tres leches adaptándola al mercado, para que el público estadounidense pueda adentrarse en la cultura latina y aprenda a saborear sus tradiciones.
Esta es la historia del éxito en Estados Unidos del inmigrante colombiano Manolo Betancur, quien empleando a otros inmigrantes e impartiendo la cultura latina al resto del país, hizo de su pequeña panadería familiar en Carolina del Norte un símbolo de esperanzas para la comunidad latinoamericana.
En la oficina de Kathia Quiros les deseamos a todos los inmigrantes latinos que nos leen una historia de superación y esperanza como la de Manolo, para seguir construyendo un país inclusivo y diverso que permita a todos crecer y aportar.