El pequeño perro de los Biden, un pastor alemán de 3 años llamado Major, intentó morder a un funcionario de la Casa Blanca y fue trasladado a un área residencial más tranquila.
Major, el perro más pequeño y rebelde de la pareja presidencial, debió volver a tomar clases de adiestramiento en las afueras de Washington, y fue posteriormente reubicado con una familia amiga en una zona más calma. La decisión fue tomada por la familia presidencial luego de que un empleado del Servicio de Parques Nacionales que se encontraba en los jardines de la Casa Blanca informara que el cachorro había intentado morderlo.
Si bien el incidente no revistió gravedad y fue “apenas un roce”, no es la primera vez que el perro de los Biden muestra comportamientos de este tipo. Durante el mes de marzo, un funcionario del Servicio Secreto también había sido mordido por el cachorro.
En ese momento, el presidente aseguró que Major es un “perro dulce” y que “el 85% de la gente que convive con él lo ama”. Explicó también que esta clase de incidentes son a causa de la interacción constante con desconocidos.
Aunque en ambas ocasiones el daño causado fue muy leve, los Biden consideraron que no es aceptable que su mascota se comporte de esta forma ya que eventualmente puede poner en peligro la salud de quienes circulan por la residencia presidencial.
Major se retira de la casa blanca
Después de muchas sesiones de entrenamiento y tras consultar a veterinarios y especialistas, la familia Biden decidió que lo mejor para Major sería residir en una zona residencial más tranquila en vez de la concurrida Casa Blanca. Es por eso que Major fue reubicado con amigos de la familia para llevar adelante una vida más tranquila a fines de 2021.
Se especula que el pasado de Major – se trataba de un pastor alemán rescatado de un refugio – podría haber inclinado al animal a sentir desconfianza hacia los extraños. Es por eso que la familia Biden habría decidido no exponerlo a un ambiente concurido. Como afirmó la veterinaria especialista Amy Pike, ocurre que muchas veces las residencias presidenciales suelen ser lugares estresantes para humanos y para perros.
El envío de Major al centro de entrenamiento no se debió solo al incidente de las mordidas. Sucede que además presentaba otro tipo de comportamientos poco aceptables para una mascota presidencial. Por ejemplo, se sospecha que Major es el responsable de los “regalitos” encontrados a menudo en las alfombras de los pasillos de la Casa Blanca.
Sin embargo, a pesar de estos percances, tanto Major como Champ, el otro perro de los Biden, siguieron disfrutando del amor incondicional de sus dueños. Así lo demostró la Primera Dama en este amoroso tweet por el Día de la mascota en 2021:
Las Mascotas de la Casa Blanca
Los Biden no son el primer matrimonio presidencial que se lleva a vivir con ellos a sus mascotas. Aunque por ahora al pequeño Major le esté costando un poco adaptarse al nuevo estilo de vida, muchos han sido los amigos caninos que sin inconvenientes han convivido con sus dueños en la residencia presidencial.
Se trata de una tradición que comenzó hace ya varias décadas. Por ejemplo, el ex presidente George W. Bush vivió con tres compañeros caninos en la Casa Blanca e incluso uno de ellos, Spot, nació allí. La familia Obama también se mudó con sus mascotas, Bo y Sunny, dos perros de agua portugueses que los acompañaron durante los dos mandatos.
Sin embargo, este no fue el caso de los residentes anteriores. Donald y Melania Trump rompieron con esta amigable tradición de más de 45 años y decidieron no ser acompañados por ninguna mascota durante su período de gobierno.
Los otros Perros de los Biden
Champ fue el otro perro de la familia presidencial que actualmente vive en la Casa Blanca. Se trataba también un pastor alemán mayor y de carácter apacible. Champ falleció en junio de 2021, con trece años de edad.
Los Biden adoptaron a otro cachorro, Commander, también de la raza del pastor alemán.