La teoría conspirativa que anima a los supremacistas blancos
Tras el tiroteo de Buffalo, se revela la creencia del joven imputado por el crimen en la teoría del Gran Reemplazo. Desde Inmigrando con Kathia te contamos de qué se trata esta teoría conspirativa y cómo impulsa las acciones de los grupos de supremacía blanca.
El tiroteo de Buffalo
El fin de semana pasado nos ha dejado con una nueva tragedia: un tiroteo en Buffalo, Nueva York, en el que 10 personas afroamericanas perdieron su vida y otras resultaron heridas. Las intenciones del sospechado perpetrador fueron previamente publicadas online, y nadie puede dudar del carácter racista de este crimen.
Este tipo de actos extremistas de odio no son moneda nueva en Estados Unidos, y en conjunto marcan una siniestra red de paranoia y violencia en ebullición. En sus declaraciones, el presunto tirador – un joven blanco de 18 años de edad – declaró haber conducido durante horas para llegar al lugar de los hechos en Buffalo, ya que se trataba de la región con mayor densidad demográfica de afroamericanos en su cercanía.
La supremacía blanca impulsa crímenes de odio
El imputado justificó sus acciones aduciendo que la inmigración resultará en un “reemplazo” étnico, racial y cultural que llevarán al “genocidio blanco”.
No se trata de la paranoia y xenofobia de un individuo aislado. La “teoría del gran reemplazo” comenzó haciendo rondas en los círculos más oscuros del internet, donde la supremacía blanca encuentra un nicho para reproducir sus ideas. Luego empezó a circular libremente por las mismas redes que muchos de nosotros usamos, adoptando un lenguaje y signos propios para camuflarse a plena vista. Hoy en día podemos prender la tele y ver cómo canales de noticias la enuncian y defienden libremente frente a audiencias masivas.
¿Qué es el Gran Reemplazo?
Esta teoría conspirativa sostiene que existe un operativo global para reemplazar a los blancos de las naciones donde son mayoría mediante la inmigración, uniones interraciales y políticas de integración y tolerancia. Este “gran reemplazo” no trataría solamente de dejar en minoría numérica a los blancos, sino quitarles su poder y capacidad de acción. Se trataría, en las versiones que van hasta el último extremo, de un etnocidio o genocidio encubierto.
El gran reemplazo es apenas la nueva iteración de viejas ideas. Este tipo de discurso encuentra varios precedentes en las ideas sostenidas por intelectuales en los Estados Unidos durante el temprano siglo XX, ideas que terminaron impactando en las políticas migratorias que adoptara entonces nuestra nación.
Un representante significativo que pasaría a tener un fuerte peso en las ideas de grandes líderes mundiales fue Madison Grant, quién escribió un libro sobre la amenaza de extinción de la raza superior de los “nórdicos” en Estados Unidos. Grant defendió programas de esterilización de las “razas inferiores” – programas que tuvieron lugar – y de políticas separatistas para prevenir la “mezcla” de razas, además de restricciones de migración.
Fueron lectores de Grant los presidentes Theodore Roosevelt y Calvin Coolidge. En el extranjero, un admirador ferviente y explícito de sus ideas fue Adolf Hitler.
Aprender de nuestra historia
Si algo nos ha enseñado el siglo XX son los peligros de llevar nuestro miedo hacia el otro hacia sus últimas consecuencias. Nos gustaría creer que las tragedias que marcaron nuestra historia brindaron al menos algún tipo de lección sobre el peligro de narrativas que proponen acciones terribles en defensa de “lo nuestro”, de creer en una cultura y etnia “superiores”.
El tiroteo de Buffalo es tan solo un síntoma de un malestar general que aqueja no sólo a nuestro país, sino que se ha asentado en muchos lugares del mundo. El expresidente Donald Trump no tuvo reparos en expresar apoyo por esta ideología. En su perfil de Twitter, el ex mandatario llegó a publicar, respecto a la crisis migratoria en el viejo continente “¡No queremos que lo que pasa en Europa nos pase a nosotros!”. Trump utilizó la palabra “invasión” en numerosas ocasiones durante su presidencia para referirse a la crisis migratoria local.
Hoy más que nunca es importante dar respuesta a esta avanzada de discursos de odio y racismo que proliferan en el espacio público y se traducen en acciones violentas y terribles. Recordar el valor del amor por el prójimo y construir una vida buena en comunidad.
Rezamos esta vez por las víctimas de esta tragedia, por sus familias y por sus comunidades. Y para que los Estados Unidos sea un lugar donde la libertad no se construya para unos pocos a costa del dolor de muchos.