Un encuentro fraguado por controversias
Se realizó durante la última semana la Cumbre de las Américas, el encuentro entre líderes de estado y gobierno del continente americano para discutir medidas de política y economía en la región. El evento tuvo lugar desde el 6 al 10 de junio en el Centro de Convenciones de la ciudad de Los Angeles en Estados Unidos.
El encuentro estuvo marcado por divisiones y criticismo. Para la administración Biden, una de las prioridades era conseguir algún tipo de acuerdo para enfrentar la problemática migratoria desde la raíz, campaña que la vicepresidenta Kamala Harris viene llevando adelante. El acuerdo conseguido ha sido recibido con escepticismo por parte de los medios y los analistas especializados.
La declaración de Los Angeles
Para el cierre del encuentro, la Casa Blanca realizó la «Declaración de Los Angeles«, un anuncio de una serie de medidas y programas para manejar la problemática migratoria en las américas. Se trata de implementar cambios a la forma en que se maneja la migración y formar estrategias entre los distintos países afectados.
Las distintas crisis económicas, políticas, sanitarias y sociales en el continente americano y el caribe se han visto reflejadas en la migración de grandes cantidades de personas.
Haití, Cuba, Venezuela, Honduras, El Salvador y Guatemala son los territorios desde los cuales provienen la mayoría de los migrantes en la región.
Por su parte, Estados Unidos se comprometió a apoyar económicamente distintas iniciativas en países de Latinoamérica para que puedan lidiar con el flujo migratorio, anunció reformas en la administración de la frontera, visas adicionales y retomar algunos programas de reunificación familiar.
Canadá asimismo contribuirá a financiar medidas en la región y se comprometió a recibir trabajadores de México, Guatemala y el Caribe.
Pese a la ausencia del presidente Manuel López Obrador, México se comprometió a integrar más trabajadores migrantes a su mercado interno a través de programas oficiales.
Estas medidas fueron anunciadas como parte de todo un paquete acordado entre los líderes de unos 21 países, con ausencia notable de casi un tercio de los participantes, por no mencionar las naciones cuyos líderes no estuvieron presentes por no haber sido invitados.
Controversias y desacuerdos en la Cumbre de las Américas
El encuentro estuvo marcado por tensiones, y los esfuerzos del presidente Biden de marcar el liderazgo de los Estados Unidos a la sombra del avance de la influencia económica de China en la región tuvo respuestas mixtas.
Un punto fuerte de desacuerdos fue la ausencia de los líderes de estado de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que no fueron invitados por Estados Unidos al considerarlos líderes no democráticos.
La primera ministro de Belice, Mia Mottley, y el presidente de Argentina, Alberto Fernández, reprocharon la decisión de excluir a dichos países del encuentro durante el discurso de apertura el día martes.
Antigua y Barbuda, las Bahamas, Barbados, Bolivia, Chile y Santa Lucía también se sumaron al criticismo el viernes, aunque el presidente Biden no se encontraba presente.
El presidente de México, Manuel López Obrador, decidió no asistir al encuentro justamente por la ausencia de estos países, enviando al ministro de exterior Marcelo Ebrard en su lugar. El presidente de Bolivia, Luis Arce, y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, también se ausentaron por los mismos motivos. Alejandro Giammattei de Guatemala dijo que no iba a asistir por problemas de agenda. La única ausencia involuntaria fue la de Luis Lacalle Pou de Uruguay, quien testeó positivo de Covid-19.
Los países que protestaron la ausencia de las naciones excluidas dijeron que no puede esperarse encontrar soluciones si se excluye a estos países de conversaciones que les competen, más allá de los desacuerdos que puedan existir.
Lo que la cumbre nos dejó
La administración Biden necesita desesperadamente buenas noticias en su agenda migratoria, por lo cual hubo intensos esfuerzos de Estados Unidos detrás del Acuerdo de Los Angeles. Sin embargo, distintos expertos se han mostrado escépticos respecto a la efectividad de las medidas anunciadas a gran escala.
Tendremos que ver cómo se traducen estas medidas en efectos concretos. Si su anuncio cambiará algo en las próximas elecciones en Estados Unidos es algo que queda por verse.