Este artículo habla sobre el cierre de la "Corte de Inmigración" de Pittsburgh, el sitio donde se realizaban las audiencias virtuales. la imagen es meramente ilustrativa.

Cerraron la “corte de inmigración” de Pittsburgh

Philadelphia, la única ciudad con corte de inmigración

El gobierno federal ha decidido cerrar la «corte de inmigración» de Pittsburgh, en verdad un sitio para realizar de forma virtual y remota la audiencia migratoria con la corte de Philadelphia, por motivos de “límites de espacio y personal”. Te contamos qué significa esto para los migrantes con audiencias pendientes en la región y qué reclaman defensores y activistas por los derechos migrantes.

De una situación mala a una peor

El panorama migratorio está en plena crisis, ya que no solo estamos presenciando los números más altos de migración de las últimas décadas, sino que el sistema administrativo para procesar a los extranjeros que acuden al país está totalmente colapsado. La agencia USCIS tiene un backlog que fuerza a las personas a esperar meses e incluso años hasta obtener una resolución en cualquier pedido de VISA o residencia. Las cortes de migración también están completamente saturadas, y por más que se exploran alternativas en distintos lugares del país – como el controvertido Dedicated Docket de LA – para los peticionarios de asilo, la acumulación de casos sigue en aumento.

El cierre del sitio de audiencias de Pittsburgh

En medio de un escenario crítico, el cierre del sitio de audiencias de Pittsburgh ha dejado a miles de personas en el limbo, sin saber si podrán acudir a sus citaciones para defender sus casos.

Los abogados e inmigrantes se referían al sitio como “la corte de migración de Pittsburgh”, por más que en la localidad hace años que no existe una corte de migración propia. El sitio era una pequeña oficina en el lado sur de la ciudad que conectaba mediante transmisión de video a los inmigrantes con los jueces de la corte de migración de Philadelphia.

La oficina de Pittsburgh permitía que los solicitantes de asilo pudieran asistir a una oficina estatal para presentarse a sus audiencias frente al juez de migración sin tener que trasladarse físicamente hasta Philadelphia.

Aunque el organismo a cargo de administrar las cortes de inmigración, la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración (EOIR por su sigla en inglés) advierte que los inmigrantes tienen la opción de presentarse por el medio virtual desde sus hogares mediante una computadora o dispositivo móvil, para este grupo vulnerable de personas el acceso a estas tecnologías es muy escaso, por no mencionar la barrera idiomática y la alfabetización digital escasa.

El sitio de Pittsburgh contaba con recursos clave para los migrantes, ya que hasta hace poco contaba entre su personal con una persona que hacía tareas de traducción, mantenía la agenda en orden y realizaba funciones tan básicas como monitorear la sala de espera.

Una tragedia anunciada

El cierre de la oficina fue anunciado en abril, mes en el que EOIR sacó un comunicado en el que anticipaba el fin de las audiencias en Pittsburgh.

Los congresistas Mike Doyle y Conor Lamb, junto con el senador Bob Casey, alzaron sus voces para que las audiencias continuaran realizándose en Pittsburgh, explicando justamente las dificultades de acceder a dispositivos o una conexión de internet estable, y los enormes costos de tener que trasladarse hasta Philadelphia en caso de no poder acceder a la audiencia virtual.

Pero la respuesta de EOIR no fue más allá de aclarar que el sitio de Pittsburgh en Sidney Street no era propiedad del Departamento de Justicia, del cual EOIR depende, sino del departamento de Seguridad Nacional (DHS). Según EOIR, DHS habría decidido no ofrecer más ese espacio. Sin otra alternativa disponible, EOIR recomendó que los interesados en retomar las audiencias virtuales en una oficina estatal realicen una petición para que otras ciudades, como por ejemplo Cleveland, organicen otra oficina de audiencias remotas.

Una pérdida de representación para los más vulnerables

La actual situación deja en una encrucijada muy precaria a las personas más carenciadas entre ese grupo de por sí tan vulnerable que son los peticionarios de asilo. Lo más probable es que una persona que no tiene acceso a internet o una computadora – algo que hoy por hoy consideramos tan básico – no tendrá cientos de dólares para pagar los costos de trasladarse hasta Pensilvania. Muchos no pueden siquiera pagarse un abogado para que los asista con su caso.

La abogada de inmigración Lilah Thompson, que medió entre EOIR y la sede de Philadelphia de la asociación AILA, dijo que los intentos de los activistas para encontrar una alternativa para mantener las audiencias virtuales en Pittsburgh mudando la oficina a otro edificio no obtuvieron resultado alguno. “Es una verdadera pérdida, especialmente para las personas sin representación. Las consecuencias serán que las personas recibirán órdenes de deportación”.

Entérate de las últimas novedades de inmigración en el portal de noticias de Inmigrando con Kathia.

Compartir

Más noticias de inmigración