Para nadie es una novedad que soy hiperactiva. Cuando no estoy trabajando, estoy fastidiando a mi mami, a mis hijos, a mis amigos. Cuando no estoy trabajando, estoy buscando que hacer o estoy haciendo algo. La mayor parte del tiempo mi familia y mis amigos me animan a descansar y yo siempre les digo que estoy bien y descansada. Me levanto cada mañana lista para exprimir cada dia de mi vida como si fuera el ultimo.
La verdad es que aunque yo me sienta bien, mi cuerpo no pensaba lo mismo que yo y me enferme. Cuando tu cuerpo se enferma te ves obligado a decidir entre hacer lo correcto y obedecer al doctor o seguir trabajando. Esta vez, por primera vez, decidi tomarme el tiempo de descansar y obedecer al doctor para sentirme bien y descansada. Esta vez, decidi hacer lo correcto para poder ser mejor hija, mama, amiga, abogada y trabajadora.
Cuando el doctor me aviso que necesitaba una cirugia me senti bendecida por Dios. Poder llegar al doctor y que te atiendan es una bendicion. Poder llegar a un hospital y que te curen es una bendicion. Sin embargo al momento de entrar al quirofano y entregarme en las manos del anestesiologo me pregunte si despertaria. En ese momento di gracias a Dios por mi vida y me entregue a mi historia, a la que Dios habia escrito para mi. Fue una sensacion liberadora y que lleno de humildad mi corazon. No se si la volvere a vivir pero la recordare por mucho tiempo.
Sali del quirofano y pase 10 dias en cama en el mayor aburrimiento posible. Los primeros dias fueron muy dificiles por el dolor de mi cuerpo pero sobre todo porque pude ver que Dios me estaba enseñando una leccion de vida. Muchas veces creemos que podemos hacer las cosas por nuestras fuerzas y estas situaciones nos ayudan a darnos cuenta que no estamos en control de la situacion. Por mas que hagamos todo para controlarlo todo, al final del dia, Dios es el que decide cuando es que tenemos que parar. Despues de 3 dias de estar en cama y renegar y fastidiarme y sentirme victima, me di cuenta que tenia que rendirme a la voluntad de Dios y que debia confiar en el. Los siguientes dias pude descansar y dejar que mi cuerpo se recuperara. No intente hacer nada y aunque no lo crea, la pase bien y DESCANSE.
Hubo momentos en que me senti culpable, senti que tenia que moverme y hacer las cosas de la casa o revisar los expedientes de mis clientes. Sin embargo, yo sabia que los abogados en mi oficina y mis compañeros de trabajo podian encargarse de todo y que yo no era necesaria. Fue dificil darme cuenta que no soy necesaria pero fue una bendicion darme cuenta que tengo un grupo de trabajo espectacular y le doy gracias a Dios por eso.
El tiempo paso, los 10 dias pasaron y ahora estoy lista para volver a mi vida normal. Despues de la leccion aprendida, tratare de descansar mas a menudo para no volver a enfermarme. Mi mami no me cree, usted si me cree verdad?
