Confusiones que hacen fracasar en las entrevistas de asilo
Cuando un inmigrante solicita asilo en Estados Unidos, debe pasar por una entrevista en la que justifique el temor por regresar a su país. Aunque en la mayoría de los casos este miedo suele ser verdadero y fundamentado, muchas veces ocurre que los solicitantes de habla hispana no pueden expresarlo correctamente en la entrevista y finalmente fracasan en su solicitud.
Las barreras idiomáticas y culturales son las principales responsables de este fenómeno. Así lo han determinado los profesores de derecho Kif Augustine-Adams y D. Carolina Núñez luego de un minucioso estudio. En su trabajo concluyeron que las malas traducciones, los problemas de interpretación y las diferencias culturales sobre lo que significa cada término generan que muchos inmigrantes fracasen en sus entrevistas.
Para llevar adelante su investigación, Augustine-Adams y Núñez pasaron 8 semanas en un centro de detención de inmigración al sur de Texas. Allí identificaron los problemas de “mala traducción y mala interpretación” que desarrollan en su estudio.
En la entrevista de “miedo creíble” hay mucho en juego. Se trata de un requisito para pedir asilo en Estados Unidos que resulta clave. Conscientes de lo importante que es, distintas organizaciones sin fines de lucro, como Proyecto Dilley, han organizado equipos de voluntarios legales bilingües para preparar y asistir a los inmigrantes en sus entrevistas.
Muchas veces no alcanzan a obtener una resolución positiva no porque no haya una necesidad real de obtener asilo en Estados Unidos si no porque no pueden expresarlo correctamente en las entrevistas.
¿Qué es la entrevista de “miedo creíble” o “credible fear” de USCIS?
La confusión empieza desde el principio, es decir desde el nombre mismo de la entrevista. A muchos hablantes de habla hispana no les termina de quedar claro que es el «credible fear» o “miedo creíble” y por lo tanto no saben exactamente a qué apunta la entrevista que le harán los oficiales de inmigración.
Pero eso no es todo… Augustine-Adams y Núñez observan que incluso en inglés estadounidense el término no es del todo claro. Se trata de una expresión ambigua que se usa exclusivamente en la ley de asilo estadounidense. Aunque por escrito está definida como una «posibilidad significativa» de que un no ciudadano sea elegible para el asilo en Estados Unidos, qué se entiende por «posibilidad significativa» sigue siendo un problema.
El único tribunal federal que interpretó la frase concluyó que quiere decir “una fracción del diez por ciento”, una barra extremadamente baja. Sin embargo, las interpretaciones recientes de USCIS parecieran adoptar un estándar más alto y exigente.
Para agregar más confusión, la traducción al español de «credible fear» que se usa en las entrevistas y documentos de la agencia de inmigración, “miedo creíble”, es un término que es «prácticamente inexistente en el uso cotidiano del español». Los investigadores analizaron las bases de datos lingüísticas del español y hallaron que aunque las búsquedas y usos del término han aumentado en los últimos años, sigue siendo un «término de frecuencia extremadamente baja».
Confusiones sobre la definición de “opinión política” y “raza”
Desgraciadamente, la definición de “miedo creíble” no es la única fuente de confusión en las entrevistas de asilo en Estados Unidos. Augustine-Adams y Núñez argumentan que una segunda gran fuente de confusión ocurre cuando los solicitantes deben encajar cuidadosamente detalles íntimos y traumáticos de sus vidas en alguno de los cinco motivos de persecución definidos estrictamente por USCIS: raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia un grupo social particular.
La categoría “religión” es la que menos problemas suele implicar ya que se entiende de manera similar en inglés y en español. Sin embargo, las otras cuatro categorías plantean importantes desafíos interpretativos.
Augustine-Adams y Núñez observaron un claro problema de interpretación cuando los entrevistadores preguntan a los solicitantes de asilo sobre sus opiniones políticas. Por ejemplo, una solicitante describió su oposición activa a la construcción de una presa en un río en su país de origen, una actividad que, según la ley de asilo en Estados Unidos, encaja claramente en la categoría de “opinión política”. Esta solicitante de asilo, sin embargo, consideró su activismo como personal y no como una expresión de su «opinión política» porque su organización no involucraba partidos políticos ni elecciones.
Problemas similares ocurren con el término “raza”. Aunque la mayoría de los estudiosos afirman que no tiene sentido seguir usando la palabra “raza” para referirse a las personas porque todos pertenecemos a la misma especie humana (homo sapiens), los oficiales de USCIS insisten en aplicar esta categoría.
Esto ha suscitado complejos malos entendidos, como por ejemplo el que se dio con una solicitante hondureña que, al ser preguntada sobre su raza, respondió “Sí, somos indígenas. Somos hondureños.” La persecución por ser indígena puede bastar para una determinación positiva y creíble del miedo, pero ser hondureño no. Estas diferentes concepciones suscitan problemas a diario en las entrevistas para solicitar asilo en Estados Unidos.
Como consecuencia de estas investigaciones, los hallazgos de Augustine-Adams y Núñez muestran serias falencias del sistema de asilo en Estados Unidos. El proceso de entrevista de miedo creíble originalmente tenía la intención de proporcionar protección a los inmigrantes que huían de la persecución, pero si este proceso aún puede cumplir adecuadamente su función es una pregunta abierta.
Si las autoridades de inmigración estadounidenses rechazan a los solicitantes de asilo no porque carezcan de un «temor creíble» de persecución, sino por un malentendido básico, es posible que los responsables de la formulación de políticas deban reformar el proceso de entrevistas para brindar el debido proceso a quienes huyen del peligro en sus países de origen.